11 de julio. Comienza otro largo y agotador día en el Asia
Pacific Open Championship pero como siempre llenos de ganas de gritar, animar y,
sobretodo, darlo todo.
7.30, cogemos el
metro y en él hacemos los últimos ensayos. ¡Todo está preparado! Ha llegado el
momento, es nuestra hora.
Una vez en la universidad comienzan los nervios, se acerca
la hora del proyecto científico pero no hay de qué preocuparse, ¡nos va a salir
bien! Pero... ¡Paula! ¿Qué pasa? ¡Se ha soltado una pieza del violín! La
tensión empieza a notarse pero tenemos tiempo de solucionar ese problema y que
todo funcione como lo habíamos previsto. Todo solucionado, entramos en la sala
y dos juezas nos esperaban con una sonrisa en la cara. El teatro lo bordamos
(gracias Ainhoa por tus clases de interpretación) y a la hora de las preguntas
no tenemos ningún problema en contestarlas. ¡Perfecto! Pero no podemos perder
el tiempo porque en poco rato tenemos que ir a otro edificio para presentar el
proyecto técnico y debemos hacerlo incluso mejor que el científico.
¡Allá vamos! Última vez de nuestras vidas que presentaremos
a "Cacharro Pelotero". Al entrar a la sala todo va sobre ruedas (que
son grandes y anchas para deslizarse mejor por el tapete), las intervenciones
de cada uno de nosotros sorprenden a los jueces por momentos. Hasta tal punto
que al realizar una de las pruebas nos aplauden. ¡"Cacharro Pelotero"
ha causado sensación! Regresamos al stand y contamos las buenas noticias a
nuestros acompañantes/padres. ¡Están encantados! Pero no podemos relajarnos,
queda poco tiempo para la presentación de los valores y la fiesta de
actividades, bailes, canciones, fotos, chapas... continúa.
Llega la hora de los valores, habrá que intentar no pisarse
los unos a los otros pero los nervios nos traicionan un poquito y cometemos
algunos fallos al preparar la prueba que nos proponen; pero al cantar nuestra
canción los dos jueces quedan satisfechos y nosotros también.
Descansamos mientras comemos el "delicioso" arroz
y pollo que al parecer les debe encantar por aquí...
Tocaba el turno de Alberto y Dilan. ¡301 puntos! Increíbles.
Hora del encierro y de cantar nuestra canción para todos los presentes en la
zona del Pit. Pero aún quedaba una sorpresa en este día... ¡LA FRIENDSHIP NIGHT!
En la cual los equipos que quisieran podían representar algo de su país/región/cultura
de cualquier forma. Nosotros decidimos hacer un baile que trata sobre el color
rojo y, en especial, los Sanfermines.
Hemos pasado un buenísimo día y mañana más y mejor porque...
¡JUNTOS, SOMOS +!
Marina Echenique